Massiel Corrales Medina: “Se trata de un proyecto innovador sin precedentes en el Perú. Ha supuesto un gran reto técnico que ha exigido innovar y adaptar estudios internacionales al contexto local”

La líder de equipo del proyecto de compensación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez destaca que este trabajo

05 de Junio de 2025

Como parte de los compromisos ambientales vinculados a la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Lima Airport Partners (LAP) implementará un plan de compensación ambiental en el Área de Conservación Regional Humedales de Ventanilla. El proyecto busca restituir las funciones ecológicas del humedal afectado mediante intervenciones en una zona protegida de 275 hectáreas, ubicada en la costa central del Perú.

¿En qué ha consistido exactamente el proyecto de compensación ambiental vinculado a la ampliación del Aeropuerto Jorge Chávez?
En trasladar las funciones ecológicas del humedal afectado por la ampliación del aeropuerto al Área de Conservación Regional Humedales de Ventanilla, donde se está ejecutando un plan integral que incluye estudios, diseño de ingeniería y restauración ecológica para recuperar ese ecosistema.

¿Qué tipo de impactos ambientales generaba esta ampliación y por qué era necesaria una medida de compensación?
La ampliación afectaba a un ecosistema de humedal costero, generando la pérdida total de este ecosistema, por lo que era necesario recuperar y compensar esa pérdida en otra área con condiciones similares. La compensación busca restaurar funciones ecológicas que sean equivalentes a las originales.

¿Qué rol desempeña TEMA en este proceso? ¿Qué duración tiene y en cuántas fases se ha dividido?
TEMA ha desempeñado, y continúa desempeñando, un papel fundamental desde 2020. El plan se ha dividido en dos fases: Fase I: de 2020 a 2022 y Fase II: de 2023 en adelante.

En la primera fase, TEMA llevó a cabo la ingeniería básica para ejecutar la compensación, incluyendo estudios de caracterización y propuestas alternativas, culminando en un diseño mejorado aprobado en 2024, con el respaldo técnico de la compañía. Y desde 2023, se están desarrollando actividades preliminares del plan de compensación como el piloto hortícola, un vivero experimental que busca establecer el mejor método para adquirir, propagar y manejar las especies seleccionadas para la fase de plantación. Este vivero permite determinar la mejor “receta” para escalar el proceso a nivel masivo, pasando del laboratorio al terreno.

Actualmente, se está elaborando el expediente de ingeniería de detalle para garantizar la sostenibilidad de la ejecución. Además, están por iniciarse los ensayos de siembra in situ en el área de conservación regional de humedales de Ventanilla, con las especies propagadas en el piloto hortícola.

¿Existe algún otro macroproyecto de estas características?

En Perú, es el primero en desarrollarse. Para su implementación, se han adaptado estudios internacionales al contexto local. Por ello, se trata de un proyecto pionero, con un rol destacado de TEMA, desde la ingeniería básica, los ensayos piloto y la ingeniería de detalle previa a la ejecución.

¿Qué metodologías y criterios se han seguido a falta de experiencias previas y de normativa específica para humedales costeros?

Se han desarrollado y adaptado metodologías internacionales, con un enfoque ecosistémico basado en la identificación de unidades ecosistémicas, con características ecológicas y funcionales específicas.

¿Cuáles son los principales objetivos ecológicos?

El objetivo principal es recuperar el ecosistema afectado en la zona de compensación y alcanzar el valor ecológico de 6, el máximo en la escala de valor ecológico, que representa un ecosistema plenamente restaurado y sostenible. Esto implica la recuperación tanto de características físicas como biológicas, incluyendo la cobertura vegetal y el uso de la fauna asociada a estos humedales.

¿Qué especies, hábitats o ecosistemas se han visto implicados o beneficiados?
Se busca recuperar un ecosistema similar al que limita con el área de compensación y para ello se han determinado seis especies objetivo: grama, grama salada, salicornia, totora, junco y carricillo, en función de su representatividad tanto en el humedal intervenido como en el humedal de referencia. También se consideran especies asociadas como la cola de alacrán y la verdolaga de playa, las cuales serán usadas en las medidas de conservación.

¿En qué etapa se encuentra el proyecto y cuándo se proyecta su culminación?

El plan de compensación ambiental consta de cinco etapas iniciadas en 2024 y previstas hasta al menos 2033. Actualmente, nos encontramos en la etapa de gestión, con TEMA a cargo de la ingeniería de detalle (prevista para 2025), y en la etapa de ejecución, con TEMA a cargo del piloto hortícola y los ensayos de siembra; para posteriormente proseguir con el diseño del vivero, producción, construcción preliminar y plantación (hasta 2027). Las tres etapas restantes —conservación, monitoreo y evaluación de la sostenibilidad ecológica— se extenderán hasta 2033, con el objetivo de alcanzar el valor ecológico comprometido.

¿Qué retos técnicos o de campo se han tenido que afrontar durante el desarrollo del trabajo?

Ha sido un gran reto técnico, dado que se trata de un proyecto innovador sin precedentes en el Perú. Precisamente, la falta de estudios previos exigió adaptabilidad, autoaprendizaje y colaboración con socios estratégicos con experiencia en restauración de otros ecosistemas.

¿Qué papel ha jugado el trabajo de un equipo multidisciplinar?

Ha sido esencial. Se ha contado con investigadores, ingenieros agrónomos, biólogos, técnicos especializados, viveristas y expertos en aspectos sociales. La diversidad del equipo ha sido clave para enfrentar los desafíos de un proyecto innovador de esta envergadura.

¿Qué resultados se han obtenido hasta el momento y cómo se evalúa la eficacia del proyecto de compensación?

En el piloto hortícola, se han documentado las respuestas de las especies seleccionadas, observando tasas de sobrevivencia de entre 60% y 90%, según la época y el tipo de sustrato. Estos resultados son valiosos para tomar decisiones en la etapa de plantación a gran escala.

¿Se ha previsto un plan de monitoreo o seguimiento a medio o largo plazo?

Sí. El plan de compensación ambiental contempla monitoreos biológicos y de ganancia ecológica. En el piloto hortícola se han realizado monitoreos desde 2023, como parte de los ensayos de tratamientos y sustratos. Se prevé que culmine en diciembre de 2025.

¿Qué importancia tiene este tipo de proyectos en el contexto de grandes infraestructuras y su relación con el medioambiente?

Este es un proyecto emblemático que refleja el compromiso empresarial con la mitigación de impactos sobre ecosistemas frágiles. Aunque la restauración no se realiza en el mismo sitio afectado, se busca compensar mediante la restitución de servicios ecosistémicos en otra área. Y eso es lo que muy pocas empresas tienen.

¿Y cómo se ha elegido esa otra área?

Se seleccionó teniendo en cuenta criterios como la similitud de condiciones con el área afectada, la viabilidad técnica y la posibilidad de gestión efectiva del nuevo espacio.

¿Cómo cree que este proyecto refleja la filosofía de trabajo de TEMA en materia de sostenibilidad ambiental?

Refleja plenamente nuestra filosofía de acompañar técnicamente a las organizaciones para que actúen con respeto hacia el entorno. Todas nuestras propuestas —desde el diseño básico hasta el diseño mejorado— buscan compatibilizar las acciones del proyecto con la sostenibilidad ambiental.

¿Cuántas personas de TEMA han participado o están participando?

Participa tanto personal interno como externo. En la primera fase, colaboraron entre 10 y 12 personas; en el piloto hortícola, unas 15 de distintas especialidades. Y para las etapas en curso, se estima una participación similar.

¿Qué tipo de impacto social tiene este proyecto?

Se desarrolla en un área de conservación rodeada de asentamientos humanos, generando gran expectativa en términos de empleo, conservación y beneficios ambientales. Lima Airport Partners, encargada del proyecto, también realiza gestión social e impulsa el respeto ambiental en estos asentamientos humanos.

¿Qué mensaje destacaría para otras empresas o administraciones que estén impulsando proyectos con impacto ambiental?

Lo más importante es asumir la responsabilidad ambiental y tomar medidas concretas para llevar a cabo proyectos sostenibles. Eso es lo realmente destacable.